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Recorte de tasas y reducción de reservas bancarias en China

 

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En el ámbito internacional, a tener presente que la semana pasada, específicamente el día 18 de septiembre, la Fed bajó la tasa de política monetaria en 50 pb desde un rango entre 5,25% a 5,50% a un nuevo rango entre 4,75% a 5,00%, lo que fue bien recibido por los mercados internacionales en las jornadas de los días 19 y 20 de este mes, sin embargo, en Chile esta medida sólo fue internalizada durante esta semana, debido a los feriados por Fiestas Patrias que se extendieron desde el 18 hasta el 20 de septiembre.

La decisión de la Fed se tomó por 11 votos contra 1 (éste último a favor de recortar sólo 25 pb) y busca mantener un mercado laboral sólido. La Fed inició así la bajada de tasas, tal y como ya adelantó en la reunión de banqueros centrales de agosto en Jackson Hole, tras mantener las tasas en máximos de dos décadas durante más de un año, niveles alcanzados tras un proceso rápido e intenso de subidas de tasas que los llevó desde mínimos históricos de 0,00%-0,25% (primera subida en marzo de 2022) hasta 5,25%-5,50% con el fin de controlar la inflación.

El inicio de las bajadas de tasas se produce en un contexto de progresiva moderación de inflación hacia su objetivo del 2,0% (aunque aún con riesgos, entre ellos la vivienda, y sin previsión de alcanzar el objetivo hasta 2026) y crecimiento y empleo normalizándose, pero no mostrando excesiva debilidad.

En este sentido, el cuadro macro actualizado apunta a un aterrizaje suave: rebaja ligeramente las previsiones de crecimiento del PIB 2024 +2,0% (vs +2,1% en junio), manteniendo sin cambios 2025 (+2,0%) y 2026 (+2,0%), y revisión al alza de la tasa de desempleo de 2024 a 4,4% (vs 4,0% previsto en junio y 4,2% actual), 2025 a 4,4% (vs 4,2%) y 2026 a 4,3% (vs 4,1%). A nivel de inflación, modera ligeramente las previsiones hasta 2,3% en 2024 (vs 2,6% en junio), 2,1% en 2024 (vs 2,3%) y 2,0% en 2026 (sin cambios), manteniendo 2026 como fecha para alcanzar el objetivo del 2,0%.

En cuanto al “dot plot”, adelanta las bajadas de tasas, con el grueso del recorte en 2024-25, alcanzando un nivel de largo plazo ligeramente superior al previo. Todo ello en un contexto en que los riesgos para la inflación se han moderado y los de empleo han aumentado, aunque están bastante equilibrados. Ahora espera 4 recortes en 2024 -cada recorte son 25 pb- (vs 1 en junio) hasta 4,375%, 4 en 2025 (los mismos que en junio) hasta 3,375% y 2 en 2026 (vs 4 en junio) hasta 2,875%, que es donde ahora fija el tipo de largo plazo (anterior 2,75%). En total, 10 bajadas de tasas, adecuándose a las expectativas del mercado, que se basan en que el crecimiento no está tan débil ni la inflación tan controlada; de hecho, 7 de 19 miembros de la Fed espera sólo 3 recortes en 2024 y 2 esperan sólo 2, lo que supondría que ya este año no habría más bajadas. Powell afirma que las próximas decisiones se tomarán reunión a reunión, y serán data-dependientes. El mercado espera ahora -125pb para 2024 (50 pb ya ejecutados) y otros 125 pb en 2025, con un nivel de llegada de 2,8%, esto es, el mismo punto de llegada, pero más rápido de lo que la Fed apunta en el “dot plot”. El mercado sigue por tanto excesivamente “dovish” salvo que la economía estadounidense caiga en recesión, algo que con los datos disponibles no se contempla, por lo que podríamos ver cierto ajuste de las expectativas del mercado (retraso en bajada de tasas)

Esta semana, las medidas económicas internacionales más relevantes, no sólo para Chile, sino que, para todos los mercados internacionales, provinieron de China, donde destaca un paquete de estímulo que incluye recorte de tasas y reducción de reservas bancarias. A ello se suma un nuevo paquete para impulsar al sector inmobiliario, con reducción de costos de financiamiento y reglas para comprar una segunda vivienda. En la misma línea, se anuncia liquidez adicional para el mercado de renta variable, a la vez que estudian un fondo de estabilización. Veremos cuál es el impacto de todo esto (que sigue la línea de anteriores estímulos, aunque ahora coincidiendo todos al mismo tiempo, una señal de la urgencia), siendo clave la recuperación de la confianza del consumidor.

Esta medida se tradujo inmediatamente en un alza en el precio del cobre el que subió un 2,93% a USD 4,3554 la libra en la Bolsa de Metales de Londres, empujando el precio del dólar en Chile a la baja, cayendo en -$11,5 a $910 por dólar al cierre del 24 de septiembre.

Las medidas anunciadas por China tienen un impacto positivo sobre toda la economía chilena, pero principalmente sobre las empresas productoras de materias primas tales como litio y hierro. Por lo mismo, SQM-B cerró el martes en $36.000 por acción, con un alza de 2,84% y CAP subió hasta $5.510 por acción con un alza de 8,91%. También subieron acciones tales como CMPC ($1.545; +2,18%), Copec ($6.300; +3,45%), además de Vapores ($53,09; +2,10%)

A nivel nacional, en Chile, el Banco Central dio a conocer las minutas de la última Reunión de Política Monetaria (RPM) celebrada el 3 de septiembre, antes de conocer la decisión de la Fed de Estados Unidos respecto al recorte de 50 pb de la Fed Fund Rate (FFR)

En las minutas de la última RPM se destacó que respecto del Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio y la Reunión de julio, había tres puntos importantes a destacar.

Lo primero es que el Presidente de la Fed había comunicado que “llegó el momento de ajustar la política monetaria”, lo que fue interpretado por todos los participantes de mercado como un pronto inicio del ciclo de recortes de la FFR. Además, había aumentado el número de reducciones esperadas para este año respecto de lo que se observaba en el IPoM pasado y en la Reunión de julio. Esto se daba en un contexto en que aunque no se han dado grandes sorpresas en la actividad de Estados Unidos, ha aumentado la percepción del mercado de que la mayor economía del mundo podría desacelerarse más rápido. De hecho, esto provocó gran volatilidad a inicios de agosto y también estaba generando movimientos en el momento en que se realizaba la Reunión. Se destacó que las tasas de interés globales a distintos plazos se han reducido y que el peso se había apreciado en el curso del mes pasado, tanto por los cambios en el diferencial de tasas como por una disminución de los premios cambiarios.

EL segundo factor relevante era la evolución de la actividad y la demanda interna en el segundo trimestre.

Si bien la actividad no era muy distinta de lo anticipado una vez que se consideraba una serie de factores de oferta que había afectado a diversos sectores, el dinamismo de la demanda había sido menor. El consumo privado mostraba una caída trimestre a trimestre, luego de su importante expansión en el primer trimestre del año. Se estimó que este resultado tendría escasa persistencia dada la evolución de los fundamentos del consumo, por lo que las variaciones trimestrales proyectadas hacia adelante no eran distintas de las proyecciones previas. No obstante, el consumo permanecería por debajo de lo estimado anteriormente a lo largo del horizonte de proyección. La inversión, si bien en línea, mostraba una debilidad relevante en todos los sectores distintos de la minería. En ese escenario, las proyecciones de consumo e inversión se corregían en torno a 1% a la baja hasta 2026. Todo esto se daba en un escenario donde el crédito seguía siendo débil —comportamiento que aparecía coherente con la evolución de la inversión en los sectores no mineros— y el crecimiento del empleo se había desacelerado en el margen.

El comportamiento de las expectativas de inflación reflejaba que los distintos agentes de mercado habían considerado el efecto del aumento de las tarifas eléctricas como algo transitorio. Se observaba un alza relevante de las expectativas de inflación en el corto plazo, mientras que a 2 años se mantenían en torno a 3%. Esto se daba en un escenario donde la inflación había resultado ser algo mayor, producto de un alza de las tarifas eléctricas algo superior a la contemplada previamente.

El Consejo coincidió en que el conjunto de noticias acumulado desde el IPoM de junio daba cuenta de que la menor demanda se contraponía a la presión sobre los precios por los costos de la energía, entre otros. Esto, junto con expectativas de inflación alineadas a la meta de 3%, reducía los riesgos de una mayor persistencia inflacionaria en el mediano plazo producto del shock de costos, lo que desplazaba a la baja el balance de riesgos inflacionarios presente en la Reunión previa.

En ese contexto, todos los Consejeros concordaron en que se podía seguir reduciendo la TPM hacia su nivel neutral. Atendidos los menores riesgos para la inflación que se evaluaban, ese descenso sería algo más rápido que lo considerado previamente.

El Consejo evaluó reducir la TPM en 25 o en 50 puntos base, descartando rápidamente la segunda de ellas.

Hubo acuerdo en que la opción de reducir la TPM en 25 puntos base era coherente con el escenario central del IPoM de septiembre, con seguir reduciendo la TPM y con los riesgos que enfrentaba la economía. Además, sus ventajas comunicacionales eran indiscutibles.

Respecto de la decisión de política monetaria, los 5 participantes del consejo votaron por reducir la TPM en 25 puntos base, hasta 5,50%.

Por otra parte, ayer el Banco Central dio a conocer la Encuesta de Operadores Financieros (EOF) Post RPM de Septiembre (recibida el 24/09), donde destaca que para el IPC de septiembre esperan un alza de 0,3%, en octubre 0,5% y en noviembre 0,4%, en tanto, en 12 meses bajaría a 3,5%. En cuanto a la TPM, bajaría en 25 pb a 5,25% en la reunión de octubre y 25 pb a 5,00% en la reunión de diciembre 2024. En enero 2025 bajaría a 4,75%, para llegar a un 4,00% en octubre 2025.

Con todo lo anterior, mantenemos nuestro Target IPSA a Dic 2024 en 7.500 puntos.