Ideas de inversión

División en las represalias

Ni la OTAN, ni ningún país europeo, ni EE.UU. tienen intención alguna de enviar soldados a combatir, ni utilizarán la fuerza aérea para defender a Ucrania. La respuesta de los países occidentales al ataque ruso se limita a la imposición de sanciones a Rusia, siempre que la escalada militar se limite al territorio ucraniano.

Una vez comenzadas las hostilidades, la guerra informativa es otro campo de batalla. En toda guerra la primera víctima es la verdad. De acuerdo con los mensajes del gobierno ruso, su ejército ha destruido los sistemas de defensa aéreas, los aeropuertos militares y la fuerza aérea de Ucrania. De acuerdo con las fuentes oficiales rusas, Rusia no tiene intención de ocupar Ucrania, aunque las informaciones de los movimientos de sus tropas parecen contradecir dicho mensaje.

A pesar de los bombardeos, no se ha comunicado ninguna interrupción del suministro eléctrico en Ucrania, ni ha habido interrupción del flujo de gas procedente de Rusia con destino a Europa a través de los gaseoductos que atraviesan Ucrania, al menos de momento. Aun así, el precio de los futuros del gas en Europa se ha disparado un 60% ante el temor de futuros cortes del suministro y ante posibles sanciones que afecten al sector energético ruso.

 

Las sanciones aprobadas por los países occidentales contra Moscú, hasta el día anterior al ataque ruso, son de escasa entidad real. En su mayoría afectan a personas del Gobierno, miembros de la Duma (parlamento), oligarcas y bancos rusos. Adicionalmente, se limita el acceso del Estado ruso al capital y mercados financieros de la UE.

La amenaza de sanciones consistentes en aislar comercialmente a Rusia, como se hizo en su día con Irán, y expulsar a los bancos rusos del sistema de pagos global SWIFT, aunque mencionadas como posibles represalias, son difíciles de adoptar por los efectos secundarios sobre las naciones europeas. Europa tiene una elevada dependencia energética de Rusia. Para un alto número de países europeos sería muy difícil sustituir los suministros de gas y derivados del petróleo que actualmente provienen de Rusia. Adicionalmente, aunque no se produzca un corte del suministro de gas desde Rusia, los inventarios de gas europeos están en mínimosLlevará tiempo el recomponerlos y además a precios sensiblemente superiores a los estimados hace escasos meses.

Aunque la escalada militar se acabara en pocos días, la guerra de represalias vía sanciones desde los países occidentales y contrarrepresalias rusas durará un largo periodo de tiempo. En cualquier caso, Europa sufrirá efectos secundarios de las sanciones que se adopten contra la Federación Rusa. De momento, lo que es seguro es un encarecimiento de la energía y de la electricidad, y por lo tanto mayores niveles de inflación y menor crecimiento. A pesar de las presiones de EE.UU., los principales países europeos se resistirán a la aprobación de sanciones drásticas como la expulsión de los bancos rusos del SWIFT. El principal damnificado sería la propia Europa.

Desde el punto de vista de los mercados financieros, estos eventos bélicos provocan momentos de nervios e incluso de pánico en los mercados. En 2014, la anexión de Crimea por parte de Rusia provocó una caída en el Eurostoxx del 16%, para recuperar en los siguientes meses toda la caída. Ahora, la caída del Eurostoxx desde el último máximo es del 15%, aunque los primeros descensos no tuvieron nada que ver con Ucrania.

Una guerra nunca es una buena noticia. Dios quiera que ésta acabe pronto, aunque los efectos secundarios durarán largo tiempo.