Ideas de inversión

Texas vs. EE. UU.

Jesús Sánchez-Quiñones

Consejero Director General

Aunque con escaso eco mediático, la situación de tensión entre el estado de Texas y el gobierno federal de EE. UU. está en un punto álgido. Por un lado, una crisis migratoria de notables proporciones y, por otro lado, Biden ha decidido suspender, temporalmente, las nuevas instalaciones de exportaciones de GNL (Gas Natural Licuado), siendo Texas el estado de EE. UU. más afectado.

En un año electoral, cualquier polémica entre autoridades demócratas (gobierno federal de Biden) y autoridades republicanas (gobierno de Texas) puede tener un impacto con efecto en las urnas. La actual situación de inmigración irregular masiva a través de la frontera sur de EE. UU. es un claro ejemplo.

Según los datos del propio gobierno estadounidense, sólo en el mes de diciembre pasado más de 370.000 inmigrantes fueron detectados entrando ilegalmente en los EE. UU. De ellos, 302.000 entraron a través de la frontera con México, cuatro veces más que en el mismo mes de 2021.

Fuente: Nationwide Encounters | U.S. Customs and Border Protection (cbp.gov)

 

En los últimos tres años, más de 7 millones de inmigrantes ilegales han sido detectados entrando a través de México. Esta cifra supera a la población de 33 estados estadounidenses. Mientras que el Tribunal Supremo de EE. UU. ha dictaminado que no se puede impedir a los agentes federales quitar las concertinas instaladas de la frontera de Texas con México, el gobernador de Texas ha invocado un artículo de la constitución de Texas (Artículo I, 10, Cláusula 3), calificando la situación como "invasión". Bajo este artículo, Texas tiene la autoridad constitucional para defenderse y protegerse a sí mismo. De acuerdo con palabras del propio gobernador "esta autoridad es la ley suprema de la tierra y sustituye a cualquier norma federal en contrario". El gobernador Abbott desafía al gobierno federal de EE. UU., según él, de acuerdo con la constitución estadounidense.

Hasta 25 gobernadores de estados republicanos han firmado una carta en apoyo de la resistencia de Texas frente al gobierno federal y, al menos, 8 estados han enviado contingentes de su propia "Guardia Nacional" para ayudar a vigilar la frontera con México.

Al tiempo que se produce este episodio de alta tensión entre el gobierno federal de EE. UU. y Texas, Biden ha establecido una suspensión temporal en la aprobación de nuevas instalaciones para la exportación de GNL. El Departamento de Energía va a paralizar los procesos de aprobación de terminales de exportación de GNL hasta realizar un mayor análisis del impacto climático. La supuesta razón es la lucha contra el cambio climático. En la práctica se puede interpretar como un pulso con el estado de Texas, el mayor perjudicado con la medida.

Texas es el tercer mayor exportador de GNL del mundo. En 2023, EE. UU. superó a Catar como el mayor exportador de GNL del mundo. EE. UU. se ha convertido en el principal exportador de GNL a Europa, tras la voladura del Nordstream y las sanciones a Rusia. La cantidad de GNL puesta en el mercado por EE. UU. ha permitido a Europa superar la dependencia de Rusia y reducir los precios globales del gas.

Si el bloqueo sobre las nuevas instalaciones de GNL en Estados Unidos se mantiene, Europa y Asia deberán buscar otras fuentes de suministros para hacer frente a la creciente demanda. Si el GNL no es producido y exportado desde EE. UU., se producirá y exportará desde otra parte del mundo, seguramente menos cuidadosa con el medio ambiente que EE. UU. De hecho, una mega planta de exportación de GNL está prevista que entre este año en funcionamiento en RusiaIrán, que es el tercer productor de gas natural del mundo, prevé completar la construcción de unas instalaciones para la exportación de GNL en 2025.

En el caso de China lo tienen claro. Si el precio del GNL sube por encima de determinado nivel, sustituyen el consumo de gas por la quema de carbón. No en vano tienen proyectadas o en ejecución 305 nuevas plantas energéticas de carbón. En términos globales, es absurdo argumentar que suspendiendo exportaciones de más GNL de Estados Unidos al resto del mundo se reducen las emisiones de CO2. Los países consumidores buscarán otros proveedores o, como en el caso de China, sustituirán el gas por otra energía más contaminante.

Aunque de momento la disputa entre Texas y el gobierno federal de Estados Unidos sea un asunto apenas cubierto por los medios y sea ignorado por los mercados financieros y los inversores, conviene seguir su evolución por los riesgos que podría traer consigo.