Octubre, probablemente el mes con peor fama bursátil, se ha estrenado no solo con falta de noticias relevantes, dado el apagón informativo parcial de la administración americana, que ha impedido la publicación del informe de empleo americano de septiembre, sino también con pocas señales procedentes de la economía o de los mercados que nos permitan ver algo de luz sobre lo que nos espera en este recién iniciado cuarto trimestre.
Se dificulta así todavía un poco más la labor de quienes intentamos observar la realidad y anticiparnos a lo que pueda venir, un colectivo que, según John Kenneth Galbraith, se divide entre los que no saben y los que no saben que no saben, pese a lo cual es inevitable y necesario, en nuestra opinión, tratar de entender lo que está pasando en la economía y los mercados.
Empezando por la economía, los mensajes que recibimos son más bien de debilidad. Los ISM de manufacturas y de servicios en Estados Unidos muestran una economía que, sin caer en recesión, se va desacelerando. El ISM manufacturero norteamericano, que se publicó el miércoles, subió un poco hasta 49,1 puntos desde los 48,7 de agosto, pero sigue por debajo de 50 y, por tanto, en zona de contracción. El ISM de servicios que se publicó el viernes tampoco fue bueno, cayendo a 50 puntos desde los 52 de agosto.
En cuanto a los datos de empleo, a falta del informe de empleo de septiembre, que como decíamos no se ha publicado por el cierre (shutdown) de la administración norteamericana, el informe ADP de empleo privado muestra una pérdida de 32.000 empleos en septiembre, con caídas de empleo sobre todo en las empresas pequeñas y medianas. Aunque hay quienes piensan que el problema es más de oferta que de demanda, al haberse reducido el número de trabajadores disponibles por las políticas antiinmigración de Trump, lo cierto es que los datos tampoco muestran tensiones en los salarios, lo que indica que no hay una fuerte demanda de empleo, ya que, si la hubiera, subirían con fuerza los salarios al haberse reducido la oferta laboral.
Esas señales de debilidad en la economía contrastan con los mensajes que nos llegan de los mercados financieros en los que continúa, imparable, la sucesión de récords. Las Bolsas se apuntan al “cuanto peor, mejor”, al entender los inversores que la debilidad de la economía moverá a la Fed a bajar agresivamente los tipos de interés.
El pasado viernes, los cuatro índices norteamericanos, el Dow Jones, el S&P, el Nasdaq y el Russell 2000, alcanzaron nuevos máximos históricos de todos los tiempos a lo largo de la sesión, aunque luego el Nasdaq cerró un 0,3% abajo. Y en Europa, el Stoxx 600 cerraba también el viernes en su máximo histórico de todos los tiempos tras una subida semanal del 2,9%. El selectivo Eurostoxx 50 y el Cac han subido un 2,8% en la semana, el Dax un 2,7% y nuestro Ibex un 1,5%, mientras que, en Estados Unidos, el S&P y el Dow han ganado el 1,1% en la semana, el Nasdaq un 1,3% y el Russell 2000 un 1,7%. En Asia, el Nikkei ha subido un 0,9%, el Hang Seng de Hong Kong casi un 4% y el CSI 300 de la Bolsa china cerca de un 2%.
El optimismo respecto al futuro económico sería, por tanto, la primera señal que nos envían los mercados financieros.
Una segunda señal nos la envía el mundo cripto. Tras una corrección que en el bitcoin había alcanzado algo más del 10% desde máximos y en el ether había llegado hasta el 20%, ambos han rebotado. El bitcoin está camino de nuevo hacia sus máximos y está por encima de 122.000 dólares y el ether supera de nuevo los 4.500 dólares. Como hemos venido diciendo a lo largo del verano, en nuestra opinión, el bitcoin y el ether se han convertido en indicadores adelantados (proxys) de los activos de riesgo en general y, por tanto, su recuperación podría estar anticipando una estabilización de las Bolsas en niveles cercanos a los máximos. Sobre todo, si tenemos en cuenta que, como también hemos venido insistiendo a lo largo de todo el verano, las subidas del bitcoin y del ether añaden liquidez adicional al sistema, retroalimentando aún más las subidas.
La tercera señal nos la envían las tecnológicas, que mantienen en general un buen tono, aunque muestran cierto cansancio. Ese cansancio fue visible el pasado viernes al cierre, con Palantir cayendo un 7,5% en la sesión y un 2,5% en la semana, tras un informe que pone en duda la solidez de alguna de sus soluciones para comunicaciones críticas y con Tesla cayendo un 1,4% el viernes y un 2,4% en la semana. Otras tecnológicas como Oracle (-0,9% en la sesión) o Nvidia (-0,7%) también recortaron ligeramente, pero, como decíamos, el tono general de las tecnológicas sigue siendo bueno, lo cual es muy notable dada la estratosférica altura que han alcanzado sus cotizaciones.
La cuarta señal de los mercados financieros nos la han enviado esta semana las grandes farmacéuticas que nos recuerdan que la liquidez sigue ahí y sigue rotando, de forma que cuando un sector se ha quedado atrás el dinero se fija en él y compra. Es lo que ha pasado la semana pasada con el sector salud, en el que veíamos fuertes subidas (Eli Lilly ha subido un 15,9% la semana pasada, Pfizer un 15,2%, AstraZeneca un 15,6%, Merck un 13,5% y Novartis un 7%, por citar solo algunos ejemplos) que han llevado al índice sectorial europeo de salud a subir un 9,1% en la semana y al del S&P a subir un 7,3%.
Unas Bolsas en estado de gracia, que van de máximo en máximo, movidas por la inercia y por el abundante dinero en búsqueda de activos en los que invertir, no parecen necesitar noticias positivas para seguir subiendo, porque todo se ve bien, ya sean noticias buenas, noticias malas o simplemente la ausencia de noticias. Pero hay algo que las Bolsas sí van a necesitar para seguir subiendo, y es que haya buenos beneficios empresariales, tal y como ha sucedido en los dos primeros trimestres del año. En breve empieza la presentación de resultados y esa va a ser la verdadera prueba de fuego para las Bolsas en esta recta final de un año, el 2025, que pasará sin duda a la historia por muchos motivos.
Esta segunda semana de octubre no hay todavía publicación de resultados y lo más relevante, junto a las sorpresas que la geopolítica nos pueda deparar, serán: la publicación del acta de la última reunión de la Fed, el miércoles, las intervenciones de Powell y de una de las candidatas a sucederle, Michele Bowman, el jueves en la Community Bank Conference de Washington, y el informe de confianza del consumidor norteamericano de la Universidad de Michigan que se publica el viernes.
Con el dólar bastante estabilizado en niveles de 1,17 frente al euro, el T bond en niveles de 4,15%, y el bitcoin y el ether volviendo a subir, no esperaríamos grandes movimientos en la semana, a la espera de que empiecen a conocerse los resultados del tercer trimestre.