Ideas de inversión

Asoman los primeros riesgos, pero ¿cambia el tono de las Bolsas

Si no fuese porque, como hemos dicho en muchas ocasiones, la abundante liquidez del sistema es la clave que, de una forma u otra, explica los sucesivos impulsos al alza que hemos visto a lo largo de este verano, sería difícil encontrar una justificación a los récords históricos de todos los tiempos que marcaron los tres grandes índices norteamericanos el pasado viernes, cuando subieron con fuerza justo después de publicarse el demoledor informe de empleo americano de agosto.

Efectivamente, fue sorprendente la calurosa, aunque breve, recepción dada por Wall Street a la casi nula creación de puestos de trabajo en la economía norteamericana en agosto. El Dow Jones, el S&P y el Nasdaq 
dieron la bienvenida a los famélicos 22.000 empleos creados, un número que ni los más pesimistas se habían atrevido a pronosticar, con subidas hasta los 6.532 puntos en el caso del S&P, hasta los 21.878 en el caso el Nasdaq y hasta los 45.770 en el caso del Dow Jones. Niveles que, como decíamos, son en los tres casos máximos históricos de todos los tiempos.

La dramática desaceleración del empleo en Estados Unidos, que se manifiesta tanto en el informe de agosto como en la revisión a la baja de las cifras dadas en los meses anteriores (junio, en concreto, ha quedado con un dato negativo de empleo tras la revisión) no solo certifica que el crecimiento económico va a la baja, sino que además pone de nuevo encima de la mesa algo que ya parecía olvidado, a saber, el temor a una posible recesión en Estados Unidos. Sin embargo, Wall Street consiguió acabar la sesión el viernes y el conjunto de la semana dignamente, a pesar del duro golpe de las cifras de empleo. En la sesión del viernes, el Nasdaq prácticamente acabó en tablas, el S&P solo perdió un 0,3% y el Dow un 0,5%. En el conjunto de la semana, el S&P ha terminado subiendo un 0,3%, el Nasdaq subiendo un 1,14% y el Russell 2000 subiendo un 1%. Entre los índices americanos, solo ha bajado el Dow Jones y la caída semanal se reduce a un 0,3%.

Estos datos muestran una vez más, 
por si ya lo habíamos olvidado, la enorme resistencia de las Bolsas ante las adversidades y las noticias negativas. Esa resistencia se ha puesto a prueba una vez más esta última semana no solo con el informe de empleo, sino, además, con la escalada de la tensión geopolítica hasta niveles insospechados. Hemos visto en pocos días a Xi Jinping liderando una coalición global anti EE.UU. y haciendo una exhibición un tanto obscena de su poderío militar, flanqueado por Vladimir Putin y por Kim Jong-un, y proponiéndose, paradójicamente, como el paladín de la paz y de la libertad a nivel mundial. Unas manifestaciones que han sido seguidas por el mayor ataque militar de Putin sobre Ucrania, llegando a Kiev, y por el cambio de nombre del Departamento de Defensa, que ha pasado a llamarse Ministerio de Guerra. Todo ello en medio de la indiferencia de las Bolsas.

Es verdad que a las Bolsas europeas les ha ido un poco peor, 
con caídas semanales del 0,6% para el Eurostoxx, del 1,3% para el Dax y del 0,57% para nuestro Ibex. Pero son caídas moderadas si pensamos que la economía europea tiene su crecimiento casi a cero y la inflación repuntando y, sobre todo, si pensamos en la carga de profundidad que para la zona euro en su conjunto puede tener la situación de Francia. Es especialmente llamativo que el Cac francés haya sido esta semana el “menos malo” de los índices bursátiles europeos, con una caída semanal del 0,38%.

¿Cómo explicar esa “resiliencia” de las Bolsas? Como dicen los americanos: “money talks”. Es decir, hay una abundante liquidez buscando donde posicionarse, aunque sea de forma transitoria, y esa liquidez ha encontrado en la Bolsa francesa una oportunidad tras las fuertes caídas y tras informes como el de HSBC diciendo que ve luz a al final del túnel en las compañías de lujo francesas. Pero esa liquidez que busca destino también ha encontrado sus oportunidades en la Bolsa americana. Por ejemplo, en Alphabet, que ha subido un 10,4% en la semana tras la sentencia de un tribunal federal que la exime de tener que desmembrar la compañía vendiendo Chrome. O, por ejemplo, también en la cadena minorista Macy’s, que ha subido un 31% en la semana tras publicar unos resultados que sin ser espectaculares mejoraban las previsiones, haciendo la compañía a la vez un “guidance” optimista de cara al futuro.

La pregunta, volviendo al informe de empleo americano de agosto, y volviendo a la reacción de las Bolsas el pasado viernes ante dicho informe, es: ¿qué va a tener más peso al final, los fundamentales económicos o los estímulos monetarios? Dicho de otra forma, la cuestión es si las Bolsas van o no a seguir subiendo, aunque venga una contracción económica fuerte, porque la Fed inicia una nueva etapa de dinero barato y abundante, al que se sumaría, en esta ocasión, la “cripto expansión monetaria” paralela que Trump está impulsando. Una pregunta muy pertinente cuando el fantasma de una posible recesión aparece de nuevo, y se empieza a ver el impacto potencial negativo de los aranceles, no solo sobre la inflación, sino también sobre el crecimiento.

Por el momento son solo dudas, inquietudes, pero
 si tenemos en cuenta que el deflactor del PCE de julio subyacente, que es la medida de inflación preferida por la Fed, fue el 2,9%, tendríamos un dibujo de una economía que crece al 1% con inflación al 3% y esa no es una foto que guste a nadie.

A la espera de ver si hay o no bajada agresiva de tipos por la Fed, de medio punto porcentual en lugar del esperado cuarto de punto, la realidad es que 
ante esa expectativa es difícil que las Bolsas bajen mucho, pero tampoco hay muchos motivos para subidas adicionales mientras los indicadores de consumo y empleo se orienten hacia abajo.

Desde esa óptica, esta semana tenemos dos datos importantes. Por un lado, la inflación americana 
de agosto, que se publica el jueves, y que se espera, según FactSet, que suba al 2,9% desde el 2,7% de julio, con la inflación subyacente situándose en el 3,1%. Y, por otro lado, la encuesta preliminar de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan, que incluye el componente de expectativas de inflación para los próximos añosEn Europa, lo importante es lo que pase en Francia. Se reúne el BCE el jueves, pero no cabe esperar grandes novedades.

Hay que ver si los inversores empiezan o no a entrar
, tras su idilio con el “trumpismo”, en una etapa de mayor desconfianza hacia Trump y sus medidas. Si de alguna manera el mundo cripto nos puede servir de “proxy” a este respecto, el relativo fracaso del lanzamiento de una nueva criptomoneda apoyada por la familia Trump, el “$WLF1 Token”, junto al enfriamiento del bitcoin y del ether, que cotizan por debajo de sus máximos, aunque se mantienen relativamente bien, puede indicarnos una cierta pausa en las Bolsas. Pero tampoco ha habido descalabro en las criptomonedas y, siguiendo la idea, no debería haberlo en las Bolsas.

En definitiva, aún arriesgo de equivocarnos, esperaríamos un cierto compás de espera en las Bolsas, pero con ligera tendencia bajista, que recoja al menos un poco los múltiples riesgos latentes.